TRIANGULO?... NO, HEPTAEDRO!!!

Me he permitido la licencia de subir al blog la versión libre de una sustitución puntos suspensivos por texto. 

Ahí va:

“No, no estoy enferma, estoy embarazada”.

Las palabras entraron en él como agujas mientras abría la puerta intentando que no se notara que hacía unos minutos había estado con otra mujer. La excusa de las urgencias en el hospital funcionaban perfectamente y nunca tuvo el valor suficiente decirle a ella la verdad; ni en ese tema ni en el de su esterilidad. Ella siempre soñó con tener un hijo que él no podía darle y él, con el paso de los años, quería proponerle adoptar un hijo con el que ella pudiera sentirse realizada. Y allí estaba él en ese momento, dejando de lado su remordimiento y entrando en un torrente de desconcierto y de perplejidad que estaba próximo a convertirse en rabia. Miró a su mujer mientras ella pronunciaba esas palabras mirándole a los ojos. Los ojos de ella estaban serenos, brillantes, dominando una situación que estaba a punto de saltarle por los aires sin ella saberlo. Vió los ojos de su primo con esa expresión de sorpresa y de pronto entendió todo. Ella, su primo... La vida había querido depararle aquella mala pasada en aquel momento. Cuánto esperaría él a decirle a su mujer que el fruto de sus entrañas no era de él?. Qué cara pondría ella?. Aquel embarazo iba a marcar sin duda un punto de inflexión en su vida.    

El primo vió cómo él entraba por  la puerta y sus ojos mientras ella pronunciaba las palabras. Notó su expresión de sorpresa al oirlas y vió cómo la mirada de él se dirigió a la suya con una expresión extraña. El primo siempre había estado allí, con ellos, y su amor secreto hacia su primo siempre había estado latente. Nunca tuvo el valor suficiente de decirle a él la verdad. De explicarle que haría lo que fuera por vivir con él una historia de amor. Aquella noticia ponía una losa en su sueño de desparacer con él a un lugar donde no estuvieran señalados , un lugar más grande, más lejano y más anónimo. Sintió como si un cuchillo le atravesara el corazón. Aquel embarazo iba a marcar sin duda punto de inflexión en su vida.

     

Ella creía dominar la situación allí, entre los dos hombres que la adoraban y que sin ellos saberlo no habían sabido hacerle feliz. El distanciamiento con su marido, el rechazo del primo con quien ella había querido tener sexo sin límites tantas veces para que le diera todo lo que su marido en definitiva no supo darle. Tanto tiempo... Y luego aquella fiesta con el grupo de marines que conoció tres meses atrás. Se dejó llevar por las ganas de sentirte una mujer libre, de gozar, de sentir como su cuerpo se convertía en una màquina de placer descontrolado una y otra vez. Fué una semana intensa. Una semana rozando lo salvaje. Y nunca tuvo el valor suficiente de buscar soluciones en casa a las carecias que le llevaron a aquello. Ni en ese tema hasta entonces ni en el de su embarazo hasta ahora. Por las fechas podría ser de él. Aquel embarazo iba a marcar sin duda punto de inflexión en su vida.    

“¿Será niño o niña?”, preguntó el primo.

Ella oyó la pregunta como en off. No sabía exactamente quién de los dos la había formulado; una pregunta que pareció surgir de algún lugar lejano para acabar con el momento de silencio extraño y de desconcierto que había surgido entre ellos.

Pensó, abstraida en que no sabía si era niño o niña, pero eso era lo de menos. Pensó en que si era de él no habría problema, pero si era de John podría ser rubio de ojos azules, si era de Li no sabía si los ojos rasgados y la piel amarilla se apreciarían demasiado, pero si era de Nelson iba a ser muy dificil encontrar algun antepasado negro en la familia.

Él oyó la pregunta como en off. No vió nada, no sintió nada ni coordinó nada ni antes ni después de que su primo sintiera por segunda vez en 15 segundos como si un cuchillo le atravesara el corazón, esta vez real y empujado por la mano de él.